Se me ha pegado en la cara un alevoso mal humor, como una máscara de hierro, rígida, amarga. Portadora de tormentas, mezquina de consuelos, débil enemiga pero persistente. Viene y se instala como un estado efímero, turbio: no es rabia, ni tristeza, tampoco es depresión. Es una mezcla amorfa en donde se confunden penas antiguas, frustraciones varias, hastío puro y duro, algunas preocupaciones y pesimismos. Algunos dicen que estoy agresiva, sarcástica, otros que estoy apagada, triste, pero la mayoría insiste en que estoy insoportable, ninguno se equivoca.
.
Es, como la peste, contagioso, pero pasajero. Yo creo que deberían dar unos días de licencia por el mal humor, y así poder hundirse en la cama atiborrado de altas dosis de chocolate, y quedarse así, oculta, aislada, recluida a una distancia considerable de las personas que amo y de objetos delicados, y de esta forma evitar dañar a alguien con el sátiro látigo del desdén.
.
.
.
Es, como la peste, contagioso, pero pasajero. Yo creo que deberían dar unos días de licencia por el mal humor, y así poder hundirse en la cama atiborrado de altas dosis de chocolate, y quedarse así, oculta, aislada, recluida a una distancia considerable de las personas que amo y de objetos delicados, y de esta forma evitar dañar a alguien con el sátiro látigo del desdén.
.
.
1 comentario:
Conozco bien esa sensación. Los primeros meses del año fueron un tormento.
Espero que se pase pronto!!!!
Besos
PD. Soy Margarita, pero no me da opción a entrar a saludarte con mi cuenta hotmail.
http://emepea.spaces.live.com/
Publicar un comentario