02 julio 2009

Por una vez

El tiempo se esfumó en fracciones de segundos, aún lo recuerdo como una nebulosa realidad, sus labios pronunciaron palabras que se transformaron en poesía construida a base de humo y con las frases que mis oídos deseaban escuchar. No puedo describir lo indescriptible, pero fue una caricia de los dioses malditos que por desgracia se convirtieron en humanos.
Como una perra hambrienta deseé lanzarme sobre él y someterme a un deseo desconocido usurpando su boca, en donde mi lengua se negaría a cualquier rechazo, y por una vez, una sorpresiva vez haber estado en su pecho, en su boca, en sus fantasías, en el terreno de lo prohibido.

Una vez más me quedé con las ganas de besar a un hombre, ingerir el alimento de los dioses, conocer una boca exquisita, unas caricias que me harían tocar la delicadeza de lo brusco, el tiempo sin segundos, y el sabor de una adrenalina que solo en sueños he podido experimentar.
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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pío.

P.D.: Poquito a poco.


MO.

Leónidas Kowalski de Arimatea dijo...

Cuidado con quién te juntas, Paloma. Por la comentarista anterior lo digo. No es trigo limpio. Advertida estás.

La entrada, muy buena. Ya te dije hace mucho que cada vez escribes mejor, y sigues mejorando, ¡ya hasta te permites corregirme sutilezas, y con razón!