13 febrero 2009

Inercia

Es curiosa esa capacidad mía de dormir con alguien, tenerlo dentro de mi y no sentir nada. Sin hablarnos, sin besarnos en la boca, porque así debe ser, casi por instinto, como una simple terapia. Me sorprende tanta frialdad, tanto mecanismo, vestirse rápidamente y que no entienda mi indiferencia, y que se frustre porque no logra comprender por qué ya no lo quiero cuando él mismo, también, ha dejado de querer.
.
Es curioso como podemos mezclarnos en la cama y no sentir nada, y que luego, y de una manera misteriosa, ni siquiera su olor permanezca conmigo.

No hay comentarios: